LEGO, la famosa marca de juguetes de construcción, se encuentra en un dilema debido a su dependencia del plástico en la fabricación de sus icónicos bloques.

Desde sus inicios, los bloques LEGO han estado hechos de plástico derivado del petróleo. Este material, que no se degrada fácilmente, contribuye a la contaminación ambiental.

La empresa había prometido encontrar alternativas más sostenibles al plástico convencional. Pero las alternativas tienen otras desventajas que ahora resultan más evidentes.

Cuando el plástico reciclado es la alternativa contaminante

Una de las ideas era utilizar plástico reciclado de botellas, conocido como rPET, para crear los bloques. Sin embargo, este proyecto se ha topado con dificultades.

El rPET resultó ser difícil de teñir y requería un proceso intensivo que aumentaba su huella de carbono en comparación con el plástico ABS utilizado actualmente.

LEGO no ha abandonado sus esfuerzos por volverse más sostenible y ha incorporado bioplásticos en algunos de sus productos. Pero aún no ha encontrado una solución definitiva para sus bloques más rígidos.

Aprovechar la reusabilidad de los bloques

Una característica que diferencia a los bloques LEGO de otros juguetes es su durabilidad. Los bloques fabricados hace décadas aún son compatibles con los actuales, lo que fomenta su reutilización y longevidad.

LEGO ha lanzado la iniciativa «Replay», en la que los clientes pueden devolver bloques LEGO usados, que luego se lavan, se vuelven a empaquetar y se donan a niños.

Aunque esta iniciativa actualmente solo está disponible en los Estados Unidos y Canadá, refleja el interés de la empresa en reducir la producción de nuevos bloques de plástico.

El mercado de sets de LEGO de segunda mano está creciendo, lo que sugiere que las personas están dispuestas a reutilizar estos juguetes en lugar de desecharlos. Esto podría ayudar a LEGO a reducir su impacto ambiental al disminuir la necesidad de producir nuevos bloques de plástico.

Un fracaso ¿exitoso?

Desde hace dos años, LEGO está buscando formas de hacer sus ladrillos más sostenibles, usando materiales reciclados o alternativos en lugar de plástico derivado del petróleo.

Para lograr este objetivo, LEGO ha invertido más de 1.100 millones de euros en iniciativas de sostenibilidad y se ha propuesto reducir sus emisiones de carbono en un 37% para el año 2032.

Entre los materiales que ha probado, además del plástico PET reciclado, está el e-metanol, que se produce con energía renovable y agua.

Además, LEGO sigue usando bio-polipropileno, un tipo de plástico biológico y sostenible, para hacer algunas piezas de sus sets, como hojas, árboles y otros accesorios. De esta manera, LEGO quiere fomentar la producción de materias primas más ecológicas y facilitar su transición hacia materiales más respetuosos con el medio ambiente.

LEGO es una empresa que nació en 1932 en Dinamarca, fundada por Ole Kirk Kristiansen. Su nombre viene de las palabras danesas “leg godt”, que significan “jugar bien”. En latín, “LEGO” también significa “yo ensamblo”.

Otras marcas de juguetes en la vanguardia de la sostenibilidad

En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en un tema importante para muchas empresas, especialmente las que se dedican a la fabricación de juguetes.

Algunas marcas de juguetes han tomado medidas para reducir su impacto ambiental, usando materiales reciclados o biodegradables, energía renovable y procesos ecológicos.

Por ejemplo, VTech ha lanzado una gama de juguetes electrónicos fabricados con plástico reciclado y bioplástico a base de caña de azúcar, que reduce las emisiones de carbono en un 67%. Además, sus juguetes tienen un diseño modular que facilita su reparación y reciclaje.

Además, tenemos a Grapat, una marca española ofrece juguetes de madera natural, pintados con tintes a base de agua y aceites vegetales. Sus juguetes estimulan la imaginación y la creatividad de los niños, sin necesidad de pilas ni componentes electrónicos.

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